Si hay algo que una experiencia Erasmus consigue es que te des cuenta de que formas parte de algo grande e importante, de que eres europea, y de que eso significa que compartes una historia, un patrimonio y una cultura riquísimas con millones de personas que piensan, sueñan, trabajan y se desvelan por las mismas cosas que tú. Una experiencia Erasmus te hace abrir la mente y centrarte en lo importante, y este curso, Building better mental health and well-being se ha centrado en esto. Porque, ¿es posible enseñar y aprender sin hacer caso de cómo nos sentimos? ¿Es posible enseñar y aprender cuando los niveles de estrés en los que vivimos nos hacen estar al límite? ¿Es sensato ignorar cómo se sienten nuestros estudiantes cuando se sientan a recibir nuestras lecciones? ¿Podemos regular de qué forma respondemos a los acontecimientos del aula que nos sacan de quicio? A estas y a otras preguntas hemos intentado dar respuesta a lo largo de estos días. En un marco incomparable, además, Split, una ciudad croata, patrimonio de la humanidad que ha sido el marco ideal para poner en práctica el leiv motiv del curso, “happy teachers make great students”
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